Ven... pa' que tu veas como está el tren
María Elena Pacheco Rodríguez
Juan Formell, habanero de pura cepa, comprendió tempranamente que su
destino estaba marcado por la música; había bebido en las fuentes
hechiceras de su barrio Cayo Hueso, donde el milagro tentador de la
melodía entra hasta la sangre, como una fiebre incurable para
quienes asoman a la vida, al arrullo de un tambor.
Capitán de la nave que más discos ha vendido en la historia cubana;
medalla olímpica en la 42 edición del Grammy; fiscalizador de una
revelación artística dentro del panorama contemporáneo de la Isla y
timonel de la locomotora del ritmo. Sin embargo, ninguno de las
denominaciones precedentes puede hartar más a Formell que
responderse pocas preguntas después de 35 años:
¿Quién no ha bailado con su tropa; ¿qué mortal puede haber soportado
impávido la fulminante descarga vanvanera?; ¿dónde, en qué lugar del
mundo la gente no ha temblado con el tren? Van Van nos dio el
flechazo de amor y fidelidad tres décadas atrás y no para, tiene la
intención de seguir seduciendo a bailadores todavía por nacer. A la
omnipotencia vanvanera le queda todavía mucho tiempo por imperar
aquí y en el mundo.
Juan Formell ha dicho que por nada del mundo prescindiría del
contacto con su público natural; en su caso asegura: "jamás me
hubiese perdido el devenir histórico de mi país". ¿Cuánta sustancia
le ha extraído al acontecer cubano para fraguar su obra?
-Toda, de no vivir en Cuba, hubiese sido imposible componer todas
mis canciones; estas cuentan historias cercanas a la vida de los
cubanos, tratan un tema social, cotidiano, de hecho, a ello debemos
también nuestro libre acceso a la simpatía y la perdurabilidad en el
gusto del bailador. Hemos hecho la crónica de la realidad, nuestros
textos siempre han reflejado las circunstancias.
¿Estaban en tus planes 35 años a cuestas con el bajo y frente a un
escuadrón de estrellas?
-No, nunca lo pensé, pero ahora me puedo morir tranquilo, tengo la
satisfacción de que hay Van van pa'rato. Hoy estoy desde atrás, al
tanto de lo que pasa, pero participando con el mismo entusiasmo. No
están los originales, mas nadie puede negar el talento de quienes lo
hacen actualmente; los del presente vienen abriendo caminos,
Chapeando, como hemos titulado el último disco, una verdadera joya,
donde aparece la canción preciosa grabada con Cigala y para el cual
hemos contado con la participación de importantes plásticos cubanos,
Zaida del Río, Fabelo, Rancaño, entre otros.
"¿Qué tiene el Van Van que sigue ahí, así ?".
-Siempre abre nuevos caminos. Somos un hecho cultural, hacemos la
música que el público quiere bailar.
SUENA CHANGUITO
José Luis Quintana, Changuito, sembrado desde el día en que
nacieron, responde con la potestad y los humos de tantos años en el
jardín central de una orquesta y en la primera base de la música
cubana.
¿Hasta cuándo la hegemonía de Van Van?
-Estoy desde siempre, y seguiré sembrado hasta el día que muera. Es
impresionante, más de tres décadas y continuamos tan saludables como
al principio.
¿Soñó entonces que la juventud de hoy iba a preferirlos?
-Sí, fue quizás un sueño atrevido pero hasta ahora es pura
evidencia, todos los días aquella idea es más real.
¿A qué atribuyes el poder de Van Van?
-En los comienzos, al talento de César Pedroso, Pedrito Calvo y al
mío propio, pero, indiscutiblemente, al protagonista principal; un
palo no hace el monte, pero Formell es Formell.
¿Haber nacido un cuatro de diciembre tendrá que ver con la
perpetuidad de esta orquesta?
-Seguramente, esa es una clave que el pueblo entiende y la
Revolución también.
JENNY QUE ES UNA VANVANERA
¿Alguna vez te viste entre los Van Van?
-Ni me atreví a soñarlo, para mí era poco menos que imposible,
definitivamente me tomó por sorpresa, junto a mi hijo y a mi madre,
ha sido el mejor regalo que me ha dado la vida.
No habías nacido cuando ya sonaba la gente de Juan Formell...
-Sí, fue la música de mi adolescencia, a su compás desaté tristezas
y alegrías, me enamoré... encontrarme a su lado celebrando los 35
años, me hace sentir una consentida del destino; para corresponder a
ellos y a quienes definitivamente han hecho de esta orquesta la
suya, no tengo más que poner todo mi sentimiento para que cuanto
haga, les llene de amor.
¿A dónde van los Van Van?
- Van Van, es el mismo corazón que se viste de moda y latirá
mientras quienes estemos dentro continuemos defendiéndole; como dice
la canción, 'Van van es una brujería', vive en función del bailador,
nuestra razón de ser y con ellos iremos siempre, sin pensar en el
final.